lunes, 8 de junio de 2015

2.472. SAN CRISTÓBAL, LA SIERRA SAGRADA (4). Isla Cartare XII.

2.472. SAN CRISTÓBAL, LA SIERRA SAGRADA (4). Isla Cartare XII.

Al fondo la Sierra de San Cristóbal, desde El Puerto, en imagen tomada en los años 70.


En 1268, cuatro años después de que Alfonso X conquistara el territorio de la cora (provincia) andalusí de Siduna, se procedió al reparto de las tierras y aldeas que conformaron el actual término municipal portuense, a excepción de Sidonia, la antigua capital de la cora (743-845) que existió en el entorno del Castillo de Doña Blanca (ver nótula 2.451), cuyo término no fue incorporado a Santa María del Puerto hasta comienzos de 1284, poco antes de fallecer –el 4 de abril- el rey Sabio.


Ubicación de las cuatro ermitas que se levantaron en la Sierra entre los siglos XIII y XVIII, enumeradas por su antigüedad.


El mismo año, su hijo y sucesor, Sancho IV, otorgó el señorío de El Puerto de Santa María –incluida Sidonia- al almirante genovés Benedetto Zaccaria a cambio de la vigilancia de la costa entre el Guadalete y el Guadalquivir para defenderla de los ataques mariníes procedentes del norte de África que azotaban la región desde la década anterior. Pese a ello, como había ocurrido en 1277, El Puerto fue atacado y asolado en mayo de 1285 por los mariníes. En octubre, cristianos y musulmanes firmaron la paz, despejándose la inseguridad reinante y comenzando una etapa de relativa tranquilidad.
Por entonces sería cuando la religión cristiana se asentó en la Sierra de San Cristóbal con la fundación en Sidonia de una ermita, la primera de las cuatro que se levantaron en la Sierra hasta comienzos del siglo XVIII, de las que a continuación haremos memoria.          

miércoles, 3 de junio de 2015

2.451 .SAN CRISTÓBAL, LA SIERRA SAGRADA (3). (Isla Cartare XI)

2.451 .SAN CRISTÓBAL, LA SIERRA SAGRADA (3). (Isla Cartare XI)


A comienzos del siglo VIII, la frágil estructura institucional y económica de la sociedad hispano-visigoda se iba a derrumbar ante el imparable avance del Islam desde el norte de África. Tras una primera incursión de reconocimiento, en junio de 711 un contingente militar de 10.000-12.000 beréberes al mando de Tariq cruzó el Estrecho y se dirigió al río Guadalete –el wadi Lakka de las fuentes árabes-, donde se produjo el primer y decisivo enfrentamiento entre las dos civilizaciones religiosas, que conllevó el fin de la decadente monarquía visigoda y el comienzo de una época que cambió de raíz la historia de la Península Ibérica.
1 Mosaico con la representación de la batalla del Guadalete.



LA BATALLA DEL GUADALETE 


Aún existe una corriente historiográfica nacida a mediados del s. XIX que sostiene que la batalla que abrió Hispania al Islam se libró junto a la laguna de la Janda y el río Barbate, pero las fuentes históricas “insisten”, como demostró Sánchez-Albornoz (1944), en que fue el wadi Lakka o Guadalete el escenario del encuentro entre las tropas del rey Rodrigo –más numerosas pero menos motivadas- y las de Tariq.


2 Figuración de Rodrigo y Tariq en el manuscrito ‘Semblanzas de Reyes’, hacia 1312. / Biblioteca Nacional, Madrid.


lunes, 13 de abril de 2015

2.416. SAN CRISTÓBAL, LA SIERRA SAGRADA. (Isla Cartare IX)


1 Ubicación de la Sierra de San Cristóbal y en la zona ampliada los yacimientos arqueológicos de la Antigüedad: 1.- Ciudad del Castillo de Doña Blanca. 2.- Acrópolis del siglo IV. 3.- Poblado de Las Cruces.  4.- Necrópolis de Las Cumbres. 5.- Poblado de La Dehesa. 6.- Posible ubicación del puerto de la ciudad. 7.- Plataforma de cazoletas (Cobre-Bronce). 8.- Yacimiento de Buenavista (taller lítico). 9.- Poblado de Las Beatillas.  

Que la Sierra de San Cristóbal sólo tiene de sierra el nombre es tan cierto como que el espacio que ocupa (5’8 kms de longitud y 2 de anchura máxima) entre las campiñas de Isla Cartare y las marismas del Guadalete –a orilla de la antigua bahía de Cádiz-, propició, junto a la abundancia de recursos naturales (suelo agrícola, manantiales de agua, piedra, madera, caza, pesca) que este privilegiado y estratégico enclave fuese habitado por sucesivas comunidades humanas que durante más de cinco mil años dejaron, de punta a punta, de Cerro Verde al Cerro de San Cristóbal, las huellas de sus vidas y sus improntas culturales.

2 Vista parcial de la Sierra de San Cristóbal desde las marismas. / Foto, Juan José López Amador, 2014.

Pese a que el conocimiento de la historia de su ocupación es muy limitado por la falta de actuaciones públicas que hayan apostado por su protección y conservación, por su estudio integral multidisciplinar y su progresiva adecuación para el disfrute de los ciudadanos, la Sierra de San Cristóbal acumula y guarda en sus entrañas, como una de las cunas urbanas de Occidente que es, una historia destacadísima en la que lo sagrado, espiritual, religioso, trascendente o como se le quiera llamar, estuvo siempre presente. Sobre ello queremos incidir en ésta y las dos próximas entregas de Isla Cartare, marcando este carácter sagrado vinculado a la vida, a la muerte y al más allá que impregnó a la Sierra de San Cristóbal en el transcurso de la Historia, y que aún hoy, pateándola sin prisas y con los sentidos atentos, aún se percibe.
Escribimos en otro lugar (ver nótula 2.245) que la primera comunidad humana que de forma estable se asentó en el actual término portuense lo hizo hace unos seis mil años en el pago de Cantarranas, cerca del mar y del arroyo Salado de Rota, hasta que el poblado fue abandonado durante la primera mitad del III milenio antes de nuestra era, cuando se desarrollaron nuevos hábitats –de la Edad del Cobre- en dos áreas: en los márgenes del Salado, principalmente en el entorno de la laguna del Gallo, y en la Sierra de San Cristóbal, donde a cada extremo se ha detectado la presencia de un poblado, en Las Beatillas y junto a Doña Blanca. Y entre ellos, en el yacimiento Buenavista (junto a la carretera Jerez-Puerto Real), un taller estacional donde manufacturaban útiles de piedra.