EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE POCITO
CHICO.
Isla Cartare IV
El yacimiento
de Pocito Chico se encuentra junto a la Laguna del Gallo que conduce sus aguas
a la Bahía de Cádiz a través del arroyo Salado. Ocupa una posición centrada con
respecto a las desembocaduras de los ríos Guadalquivir y Guadalete, así como a
los asentamientos de Mesas de Asta, Doña Blanca y las poblaciones de Jerez de
la Frontera, El Puerto de Santa María, Rota, Chipiona y Sanlúcar de Barrameda,
en el sentido de las agujas del reloj, con distancias intermedias entre los 8 y
los 17 kilómetros.
1 Plano con la reconstrucción de la Bahía y desembocadura del Guadalquivir según Juan Gavala y ubicación de Pocito Chico.
Se trata de
una pequeña depresión lagunar, rodeada de cerros de pequeña altura, donde
ninguno sobrepasa los 100 m. Debido entre otras causas al modelo de arado
utilizado actualmente para la siembra, hay un gran aporte de sedimentos que
están colmatando velozmente la laguna. Pocito Chico es uno de los lugares
habitados en torno a la paleolaguna del Gallo, actualmente inundada en época de
lluvias. Otros yacimientos alrededor de la Laguna son Bulé, Venta Alta, Santos
Reyes, Campín Bajo y Grañina, también siguiendo las agujas del reloj.
2 Cortijo de Pocito Chico una vez adaptado para ser habitado por los participantes en las excavaciones.
En Pocito
Chico se han realizado dos excavaciones de urgencia, años 1997 y 1998, y una
actividad puntual de prospección en 1999. Los motivos fueron causados por las
fuertes lluvias de esos años que produjeron una gran cárcava en el terreno agrícola.
Esta cárcava de más de 2 metros de anchura y 3 de profundidad, afectaron varias
estructuras excavadas en el suelo de época antigua.
Las
facilidades dadas por la propiedad del terreno, nos proporcionó el Cortijo de
Pocito Chico como centro de actividades de las excavaciones durante esos años.
El cortijo se acondicionó para poder vivir en él un grupo de especialistas y
estudiantes compuesto de al menos 20 personas de forma continua durante más de
dos meses cada año de actuación y al menos 6 obreros especializados los 3 años.
3 Perfilando la cárcava y rellenando las marmitas para el control del agua.
Así pues las
actuaciones no fueron solo en el yacimiento con las excavaciones, se acondicionó
el cortijo al comienzo de cada campaña, se retiraba la tierra arrastrada al
cortijo, se plantaban árboles y flores, se pintaba, se arreglaban las
habitaciones y la cocina ya que habitábamos estos meses allí. Se colocaron
toneles de agua para duchas, se contrataba un cocinero, la luz la proporcionaba
un generador, etc. Los estudiantes y especialistas participantes provenían de
universidades de toda España.
Al mismo
tiempo que se realizaban las excavaciones, acondicionábamos la cárcava para que
no destruyera más el yacimiento, las grandes marmitas producidas por la
velocidad del agua se rellenaron con piedras que recogimos por todo el área, se
recortaron los perfiles de la cárcava para eliminar el recorrido en zigzag que producía
la velocidad y desmoronaba los estratos arqueológicos. El área excavada se protegió
instalando una empalizada de grandes troncos, y los arroyuelos que conducían
las aguas a la cárcava fueron encauzados.
4 Empalizada hacia la cárcava que protegía la Covacha de la Edad del Cobre y el Fondo de Cabaña del Bronce Final.
Aunque en
Pocito Chico están representados todos los periodos de la Historia desde la
Edad del Cobre hasta el siglo XVI, en esta nótula nos centraremos en los tres más
destacados desde nuestro punto de vista, que son la covacha de la Edad del
Cobre, el fondo de cabaña del Bronce Final y los restos Andalusíes de la Aldea
de Grañina.
5 Vasos de cerámica de la Covacha de la Edad del Cobre.
El espacio
ocupado por el hábitat de la Edad del Cobre, con fechas calibradas de la
covacha con; carbón, 2281 años a. C. UGRA 552; conchas, 2178 años a. C. UGRA
553, supuso un importante cambio en la fisonomía del Cerro de Grañina bañada en
su falda por la laguna. Sin entrar en detalles sobre la antigüedad del Campo de
Silos, podemos confirmar que el lugar era conocido y frecuentado antes del
asentamiento sedentario. La marga, que en abundancia está presente en todo el
yacimiento, es perforada y manipulada por el hombre para su hábitat modificada
hasta dar una forma similar a pequeñas cavidades naturales. La utilización de
la marga está presente en todos los poblados conocidos tanto en la Bahía de
Cádiz como en casi todos los yacimientos que desde el Neolítico se asientan
sobre estos terrenos. Pero no será hasta ahora cuando se nos ha presentado un
poblado con estas características. En este caso, el sustrato de marga no es
utilizado únicamente como base para excavar silos, basureros, o las pequeñas o
grandes cubetas para la instalación de una cabaña, sino que también se
planifica sobre ella, se excava parte o toda la casa, además de accesos,
canalizaciones etc. En definitiva, se planifica para vivir bajo el suelo, con
las implicaciones sociales que esto conlleva.
6 Pesas del telar y trenzadores de cerámica para la fabricación de cuerdas de la Covacha de la Edad del Cobre.
La covacha que
excavamos en el año 1997 y los restos arqueológicos recuperados, nos cuentan según
nuestras interpretaciones, que se trataba de una vivienda dedicada a la fabricación
de tejidos, al menos así lo vemos en los vasos globulares, los cuencos, agujas
de hueso, paleta de hueso con restos de almagra, etc.; también la presencia de
un telar con los contrapesos de cerámica para los hilos del tejido y los
tirantes del telar, y elementos para la fabricación de cuerdas.
7 Reconstrucción del telar de la Covacha, expuesto en el Museo Municipal.
Los análisis polínicos y carpológicos
para este periodo, nos exponen un alto porcentaje de nitrófilos que indicaría
un paisaje sumamente abierto de pastizales de origen antrópico, formados casi
exclusivamente por especies nitrófilas. Hay un alto porcentaje de leguminosas,
esto puede estar relacionado con el establecimiento de cultivos de regadío. De
hecho, el porcentaje de polen de leguminosas alcanza el 10%.
Se detecta la presencia de formaciones cabezas de serie de
la vegetación territorial, caso de los alcornocales, de los encinares o taxones
riparios -como en los casos del aliso, fresno, chopo, sauce y, sobre todo,
olmo-, zonas dunares -con sabinas, así como pinares de pino piñonero costeros-,
alcornocales, encinares y coscojales. La vegetación arbustiva se encuentra
representada por jarales, torviscos, brezales, etc., como parte de formaciones
forestales dunares (pinares) o bien de los alcornocales y encinares.
8 Reconstrucción ideal de la Covacha de la Edad del Cobre y los silos junto a ella.
En la marisma dulce de la laguna la distribución de la
vegetación se plasma en un mosaico de diferentes situaciones: pastizal ralo y
diversas gramíneas, en otros casos con Senecio jacobea o rodales de
juncos; pastizal con especies arbustivas; y helechal con Quercus suber.
Otros taxones de ecología hidro-higrófita, exclusivos de aguas dulces, caso del
cáñamo, lenteja de agua o nenúfares, no aparecen durante la expansión de la
marisma salada.
Los
restos de fauna de la Covacha de la Edad del Cobre no ofrecen dudas al
respecto, se sigue utilizando la caza para el abastecimiento de carne, pero es
el pastoreo para la producción de lana, y otros productos, de las principales
actividades junto a la crianza porcina y la agricultura. Los restos óseos suman un total de 1.560 fragmentos, de los que 697 (44,68
%) han podido ser identificados, restos de oveja y de cabra, el porcino era la cabaña más
representada, bovinos, caballo, conejos, gato montés
y ciervo.
9-10 Reconstrucciones del poblado de la Edad del Cobre de Pocito Chico, vista desde el cerro de Grañina, y vista desde la laguna.
En resumen, pensamos en la existencia de un
grupo humano fijado en el espacio, dedicado a la agricultura y al pastoreo. La
sociedad sería de tipo igualitario, con existencia de grupos familiares
autárquicos, donde existiría algún tipo de jerarquía. La existencia de un
trabajo especializado tanto en el tejido de la lana como en la fabricación de
objetos de cerámica ha de verse más en el autoconsumo e intercambio a pequeña
escala.
También en el
año 1997 excavamos un Fondo de Cabaña del Bronce Final, afectado y destruido al
menos el 30% o más a causa de la cárcava. Esta cabaña o “fondo de cabaña” fue amortizado y
rellenado de forma ritual. El lote principal de cerámicas está elaborado a
mano. La cerámica a torno, en especial las copas, similares a las publicadas
por vez primera en Campillo, y a mano, no muestran más diferencias que su
propia elaboración. Los análisis de
pastas cerámicas de Pocito y los de Campillo muestran algunas diferencias,
aunque ambos yacimientos coinciden en utilizar materias primas locales. El
yacimiento de Campillo fue incluido por Ruiz Mata en su modelo de contactos
“precoloniales”, al menos una generación anterior al establecimiento de los
navegantes orientales en estas costas.
11 Estela al pie del camino en Pocito iluminada por una Luna preciosa.
La choza de Pocito Chico estaría
representando el acto de amortización de una cabaña singular, interpretable
como santuario o incluso, como apuntó M. Torres, la habitación de un Bigman,
donde al conjunto de material de residuos se añaden los elementos de prestigio
relacionados con el ritual de abandono. La datación (Universidad
de Granada, sobre carbón 773 y hueso calibraba en el 771 a. C.) del proceso del cierre
ritual del fondo de cabaña nos relaciona con el Túmulo 1 de la necrópolis de Doña Blanca, de
modo que esta circunstancia apoyaría el fenómeno de concentración poblacional
que explicaría la erección de su impresionante muralla.
12 Algunas de las cerámicas del Bronce Final halladas en el Fondo de Cabaña.
El análisis polínico en el Bronce Final de Pocito
Chico supone, sobre todo, un mayor desarrollo del
bosque ripario, principalmente de la aliseda, en contra de una importante
deforestación de la olmeda, se detectándose las formaciones de los típicos
pinares mediterráneos costeros sobre dunas fijas, a los que tanto estamos
acostumbrados, los sabinares, alcornocales y encinares-coscojales, con lo que
la vegetación forestal es sensiblemente parecida al periodo anterior,
incluyendo además los elementos arbustivos que los acompañan.
13 Haba y bráctea de piña de la Cabaña del Bronce Final de Pocito Chico, fotografía de Guillem Pérez Jordá.
Durante el Bronce Final-Hierro, a diferencia que en la fase
anterior, se produce una reducción significativa del porcentaje de Cerealia.
Esta lleva aparejada entonces una recolonización del territorio por los taxones
de ámbitos nitrófilos que alcanzan aquí nuevos máximos, documentándose
entre los cereales la cebada y el trigo. Las leguminosas tienen una frecuencia
destacada. La presencia del guisante y la haba está documentada, destacando su
gran tamaño. Las leguminosas y los cereales son los cultivos que constituyen la
base de la actividad agraria, además se ha documentado la presencia de frutales
como las olivas, y brácteas de pino que podrían ser de piñonero En la
realización de los análisis físico-químicos de la pasta de fabricación de la
cerámica del Bronce Final de Pocito Chico, en un fragmento de cazuela bruñida,
se observó la existencia de ácidos grasos saturados e insaturados, es decir, la
presencia de aceite posiblemente cocinado con otras sustancias orgánicas.
14 Algunos estudiantes en la prospección del año 1999 en Pocito Chico.
La fauna del fondo de cabaña del Bronce Final está formada
por la cabaña bovina que era relevante en el
consumo alimentario de este periodo, junto a los ovicápridos, los
cerdos domésticos parecen ya dominar en el conjunto de suidos. La caza está
representada por ciervos adultos, escasos restos de conejo domésticos o
silvestres, y encontramos como novedad
al perro.
15 Fragua de época Andalusí excavada en 1998, con las partes que la componen.
En el año
1998 se excavaron varias estructuras de época Andalusí, afectadas por varias cárcavas
que pusieron al descubierto en Pocito
Chico, esta se fija en las estructuras 1 y 2 del Área 6 y en el Área 2,
contrastables con los datos históricos referentes al reparto de tierra en Grañinilla,
a mediados del siglo XIII, que mencionan la existencia de dos torres, con
casas, corrales, pozo, fogón y salinas. Los restos arqueológicos
correspondientes al período medieval en Pocito Chico comprenden estructuras
edificadas, como una de ladrillo que el agua ha dejado vista en las
proximidades del Castillo de las Ánimas; otras excavadas en el suelo, los
Silos, o semisubterráneas como la "Fragua" del Área 6.
16 Fragmento de cerámica, perteneciente al borde de una olla, hallada en la fragua con el nombre de Abdala.
Estas edificaciones, tan pobres desde un
punto de vista arquitectónico, muestran la existencia de un mundo rural, muy
tradicional, no valorado hasta la actualidad. En cualquier caso se sitúan
oblicuamente en la loma de Grañina, desde la parte más baja de la ladera,
ocupando las arcillas hidromorfas del borde de la Laguna, hasta las
proximidades del Castillo de la Ánimas. Probablemente siga el trazado de un
camino. La estructura 2 del Área 6 presenta dos momentos constructivos,
visibles por el cambio de orientación del espacio que abriga las estructuras
que forman la fragua. Nuestra idea es que esta fragua está citada en el Reparto
de El Puerto de Santa María del siglo XIII, y se refiere a ella como una
herrería.
17 En uno de los silos de época Andalusí, tuvimos la suerte de hallar dos dírhems de plata califales y un felús de bronce.
El periodo andalusí alberga los niveles de
antropización mayores del diagrama polínico, alcanzando sus valores máximos las
Cichorioideae, iniciándose también la elevación de Aster t. y
desapareciendo en cambio las Cardueae. Estos hechos implican una
antropización manifiesta sobre un entorno de pastizales nitrófilos, que
generalmente sigue siendo explotado de diversas maneras pero sin llegar a su
abandono.
18 Durante el periodo de excavaciones el yacimiento tuvo una gran atracción informativa, grabándose incluso en directo para un programa infantil de máxima audiencia nacional.
Texto, fotografías y
reconstrucciones, José Antonio Ruiz Gil y Juan José López Amador.
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