domingo, 31 de agosto de 2014

30 años de la excavación del Túmulo 1 de la Necrópolis de Las Cumbres, Castillo de Doña Blanca




Se cumplen 30 años de la excavación del Túmulo 1 de la Necrópolis de Las Cumbres en el Castillo de Doña Blanca por el Catedrático de la Universidad de Cádiz D. Diego Ruiz Mata.
No son muy frecuentes las excavaciones arqueológicas en El Puerto de Santa María, que estén relacionadas con  el Bronce Final y el contacto con los Fenicios, a través de los ritos funerarios. Sin embargo, hubo una de singular importancia, ya que se produjo en la Necrópolis de Las Cumbres, el cementerio de las personas que vivían en la ciudad del  Castillo de Doña Blanca.
1- Vista del Túmulo 1, comenzados los trabajos de excavación. 

A nadie se le escapa la importancia de esta ciudad para recabar una información fundamental para el conocimiento no sólo de la fundación de Gadir, sino del comercio Mediterráneo con la Península Ibérica, y particularmente con la cultura denominada por los griegos como Tartessos.
2- En esta fotografía se puede apreciar perfectamente los rellenos para hacer el Túmulo. 


La excavación del Túmulo 1 de la necrópolis de las Cumbres, se realizó en dos veraniegas campañas de excavaciones entre los años 1984-1985. En ella participaron más de 25 personas en cada campaña entre técnicos y operarios. Desde mi punto de vista esta excavación tuvo una innovación importante respecto a otras similares en otros lugares. Se trata de la extracción in situ de todos los ajuares por restauradores especializados, que una vez aparecían los primeros indicios de una tumba, pasaban a sus manos la labor de extraer el conjunto. Así se realizo en 63 ajuares o tumbas, es decir en todas las ofrendas depositadas con el difunto, excepto aquellos fragmentos de copas y otras piezas que habían sido utilizadas probablemente en libaciones, y repartidas con algún ritual por todo el Túmulo, y que serian extraídas en el proceso de la excavación.
3- 1, aún se aprecia parte de la acumulación de piedras sobre el ajuar. 2, el vaso principal una vez vaciado y engasado por el interior. 3, una vez desmontado y pegado los fragmentos. 4, el vaso à Chardon una vez rellenas las lagunas. 

 La deposición de los ajuares dependía sin duda del poder económico del difunto, el más destacado tenía un muro de mampostería rodeando el depósito funerario, en este caso con piezas magníficas, de oro, de alabastro cuentas y tres vasos probablemente de perfumes, de cerámicas a torno vasos globulares pintados, quemaperfumes de barniz rojo, etc. Sin embargo en otros enterramientos era solo un vaso cerámico realizado a mano, que contenían los restos de huesos  quemados, y depositado en una oquedad  del suelo.
4- 1, un muro de arcilla y mampostería rodea la tumba principal, antes de su extracción definitiva. 2. parte del ajuar de cerámicas a torno, fragmento de cazuela y dos alabastros de esta tumba, una vez restaurados.

La conservación era muy desigual en los elementos que formaban los ajuares, las cerámicas a torno en algunas ocasiones daban la sensación de que no tenían una buena cocción, en algún caso estaba deformada, y sin duda no tenían nada que ver con las cerámicas del mismo periodo recuperadas en la ciudad. Las encontradas en el Túmulo parecían estar realizadas para estos menesteres y no para ser utilizadas en labores cotidianas. Algo similar ocurría con las realizadas a mano a excepción de alguna cazuela.
5- 1, gran vaso de cerámica a mano, engasado por el exterior. 2, en el taller del Museo restaurando este gran vaso. 3, el vaso una vez restaurado.

Estos efectos se agudizaban con la entrada de uno más, nos referimos al tiempo de uso del Túmulo, al parecer 80 o 90 años. Durante la extracción de los materiales se podía apreciar perfectamente cómo sobre muchas de estas piezas quedaba la huella de haber llovido abundantemente, alguna se había amoldado al espacio donde se había depositado perdiendo la forma, suponemos pausadamente en el tiempo pues no se habían roto. Esto a pesar de que parecía que cada enterramiento tenía su propia cobertura, sobre el ajuar depositado se cubría con una acumulación de piedras, y sobre estas piedras ponía una cubierta de arena, con toda posibilidad formando un pequeño túmulo.
6- Vaso globular de cerámica a torno utilizado de urna, se observa muy bien las perforaciones de las raíces y la degradación sufrida por la pasta cerámica. 

Las piezas, según se descubrían, se les realizaban un engasado, que se aplicaba en ocasiones por el interior y otras por el exterior, adaptándose a las necesidades de conservación y así eran transportadas. En el interior de la urna funeraria junto con los restos óseos, algunas contenían elementos personales que habían sido depositados, como pendientes, anillos, fíbulas, pequeñas piedras de afilar, cuchillos de hierro, etc.
7- En las urnas más destruidas realizamos perfiles en el contenido, en este caso una urna volcada, y en su interior una pequeña botellita, un anillo de bronce, restos óseos de la incineración, y un fragmento de cerámica a mano.

La conservación de la mayoría de los vasos era muy  irregular, aunque algunos globulares realizados a torno, y unos grandes vasos bicónicos realizados a mano y con unos círculos incisos con un punto en el centro, se conservan en buen estado. Generalmente las urnas que contenían los restos incinerados eran las mejores conservadas, siendo los restos humanos (conservados) de pequeño tamaño. Aproximadamente en el centro del Túmulo se encontraba el ustrinum, donde se incineraba el cadáver. El ustrinum tenía una estructura que la rodea en forma de L en dirección Este-Noreste.
8- Ajuar donde encontramos un gran vaso à Chardon utilizado como urna funeraria, una ollita, y un fragmento de cazuela, realizados en cerámica a mano; un vaso globular y una botellita ambas realizadas con cerámica a torno, una fíbula y un asa de una caja ambas de bronce.

Uno de los factores principales que han intervenido en la mala conservación de algunos vasos cerámicos han sido las plantas que habitaron y habitan la zona. Las plantas jugaron un papel fundamental con la intervención de las raíces, al tratarse de una zona agreste y con poca cubierta vegetal, las plantas suelen ser en su mayoría arbustos con las raíces profundas entre las grietas buscando no solo el agua sino además nutrientes, que al parecer encontraban en los restos incinerados. Una parte importante de las urnas se encontraban perforadas, algunas hasta el punto de perder casi toda la masa de arcilla aunque mantenían la forma, en otros casos la fragmentación de la urna facilitaba el acceso de las raíces.
Estos efectos, ya no estaban presentes en ninguna de las urnas que excavamos,  no había raíces vivas,  creemos que las raíces fragmentaron las urnas cerámicas en época antigua. Una posibilidad sería  de manera natural cuando la tumba de forma aislada aún era visible, a la vez que visitada y cuidada durante un tiempo, hasta que llegó el abandono; otra posibilidad es que algún tipo de planta formase parte del adorno de la tumba y durante años fueron regadas y cuidadas, de ahí su efecto dañino sobre algunas urnas.


9  y 10- Copas con decoración pintada de Estilo Guadalquivir, de estas copas aparecieron decenas. Dibujos tomados del trabajo de D. Ignacio Córdoba Alonso, 2004. 
Todo esto que decimos ocurriría cuando todavía no se le había construido la cubierta al Túmulo, de unos 200 metros cuadrados. Como hemos dicho el Túmulo estuvo en uso como cementerio de un clan, entre 80-90 años, tiempo suficiente para que las tumbas se viesen afectadas. Una vez construida la cubierta con el relleno tan importante de rocas que tenia, sería más difícil para las plantas profundizar y afectar tanto.


A este pequeño texto lo acompañan una serie de fotografías del Túmulo 1 de la Necrópolis de Las Cumbres en el Castillo de Doña Blanca que espero gusten, tampoco es que se conozcan muchas más, aunque si las hay. También hemos puesto la bibliografía que conocemos y mencionan la excavación de este magnífico Túmulo fechado en el siglo VIII a.C., pero podría ser del IX.

11- El Túmulo durante el proceso de  excavación, se pueden ver muy bien los rellenos.

12- En la fotografía José Ignacio Delgado Poullet "Nani" y José Joaquín López Amador, excavando un ajuar.

Diego Ruiz Mata (1991): "El Túmulo 1 de la necrópolis de Las Cumbres". Treballs del Museu Arqueologic d'Eivissa e Formentera, nº 24, pp. 207-220.

Diego Ruiz Mata y Carmen J. Pérez (1995): "El Poblado Fenicio del Castillo de Doña Blanca. (El Puerto de Santa María, Cádiz). ", Biblioteca de Temas Portuenses nº 5 , Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, Cádiz.


Ignacio Córdoba Alonso (2004): “La Cerámica Pintada con Motivos Radiales del Túmulo 1 de la Necrópolis de las Cumbres (El Puerto de Santa María, Cádiz”. Actas do II encontro de Arqueología do Sudoeste Peninsular, 1.996.Universidade do Algarve, Faro, pp. 131-139.


13- Fotografía del Túmulo una vez desmontado casi en su totalidad, donde solo quedaron el ustrinum y los muros que le rodean.




Todas las fotografías pertenecen a los fondos documentales realizados por el Museo Municipal de El Puerto de Santa María, a quien agradecemos su acceso.


No hay comentarios:

Publicar un comentario